domingo, 12 de octubre de 2008

Ética: la neblina del razonamiento

Cuando alguien intenta describir una situación o dar su opinión sobre algo, se esta utilizando una forma subjetiva de comunicarse, es decir que esta tratando de convencer a los demás o dejar en claro su punto de vista. El problema se da cuando uno tiene que ser completamente objetivo e imparcial, puesto que todo lo que hacemos siempre tiene una carga de subjetividad implícita.

Analizando mas a fondo la subjetividad, podemos notar que toda acción subjetiva parte inconscientemente de la ética. La ética propiamente dicha, es la capacidad de decidir sobre un comportamiento, y decir si es algo bueno o algo malo. Por ende podemos decir que la base de la ética rige sobre nuestra percepción sobre el bien y el mal.

Toda carga subjetiva que se aplique a cualquier manifiesto de la persona, tiene por ende una inclinación a discernir sobre el bien o el mal de la acción comunicada. Esto se aplica a todos los tipos de gustos, estéticos o intangibles. Por ejemplo, el bien y el mal se aplica al gusto por un dibujo, ya que cuando alguien dice que le gusta o no ese dibujo, esta intentando decir que para el es bueno o malo. Esto se debe a que el bien y el mal es la base de todas nuestras emocionalidades, de todos nuestros principios lógicos y nuestra racionalidad.

Para entender mejor la ética, hay que entender el origen de la misma. Su origen yace desde nuestros primeros días de vida. Se puede decir que la ética es alimentada desde un principio por nuestros sentidos: cuando uno siente un impulso que afecta negativamente a nuestro organismo, como el dolor por ejemplo, automáticamente nuestro cerebro almacena ese impulso y lo registra en nuestra ética como algo malo.

De ahí en más, nuestra difusión ética se va a ir incrementando por cada acción que afecte nuestro entorno. El problema consiste en que esta imagen que tenemos sobre lo que está bien y lo que está mal va a depender directamente de nuestra experiencia personal, y modificarla puede llevar mucho tiempo, ya que uno adopta su postura ética como la única verdad absoluta.

Partiendo desde el comienzo, una persona nace con algo heredado de nuestros antepasados: los instintos. Los instintos no se pueden obviar, y están presentes desde el comienzo hasta el final de la vida. Podemos decir entonces que antes de cualquier razonamiento (ético, lógico o moral) se encuentran los instintos. Inmediatamente después de los instintos en nuestras capas de razonamiento, se encuentra la ética. Esto quiere decir que la ética no puede de ninguna manera condenar las acciones o impulsos generados por nuestros instintos.

Esto se debe a que el razonamiento se realiza en etapas. Las etapas del razonamiento que se pueden apreciar, son como ya se dijo, en primer lugar los instintos. En segundo lugar, la ética que comienza a formarse a partir de los instintos, es decir, inmediatamente luego de nuestra constitución. En tercer lugar se encuentra la etapa de la razón. La razón se compone de diversas capas, pero la tomaremos como una única. Esta capa, al igual que las demás, no puede de ninguna manera obviar el razonamiento de las capas anteriores. Es decir que la razón es afectada de forma directa por la ética, y la ética a su vez esta siendo afectada por los instintos y modificada o desarrollada por los sentidos.

Por ultimo, la cuarta etapa del razonamiento es la etapa moral. Esto quiere decir que el razonamiento comienza primero por nuestros instintos, luego se aplica un razonamiento ético, es decir, si lo que se razona forma parte de lo que contemplamos como bien, inmediatamente se aplica la razón, e inmediatamente se plantea la razón moral, es decir, como va a reaccionar el entorno ante nuestro accionar.

De esta manera obtenemos razonamientos tan diferentes dependiendo de un ser u otro. Esto se debe exclusivamente a nuestra ética.

La razón de esto es que, de las cuatro etapas, la ética es la más afectada por el entorno, y se encuentra en un nivel de razonamiento muy bajo que altera las capas siguientes, al igual que el resto de las capas altera a su consiguiente.

Entonces, viendo que la ética esta presente desde antes que nuestro razonamiento, podemos decir que todo lo que uno hace es en esencia éticamente correcto, y solamente se realizan acciones que, de acuerdo a nuestra ética, estén aprobadas. Ya que nadie realiza acciones que sean éticamente incorrectas para si mismo.

Cuando una persona se preocupa por algo que hiso, que le parece que va a ser reprobado por la sociedad, ya no se trata de ética, ya entraría en la parte del razonamiento moral, pero éticamente y a muy bajo nivel de razonamiento, esa acción fue aprobada por el razonamiento ético de esa persona.

Así obtenemos que pueda haber acciones o argumentos que sean aprobados por la razón, pero que sean moralmente reprobados, puesto que la razón se aplica antes que la moral, y no hace falta llegar a una etapa de razonamiento moral para que algo sea razonable.

Por último, y para terminar, quisiera decir que para que un razonamiento sea objetivo, imparcial, y use un cien por ciento de razón, se debería obviar la ética. Es decir que no existe un razonamiento completamente promovido por la razón y que no haya sido adulterado por la ética.

Además, me gustaría decir, que la ética es la parte de la racionalidad que no nos permite comprender todo nuestro potencial de razonamiento, debido a que esos conceptos en que se basa la ética, el bien y el mal, no son reales, solo lo son para nuestro ser inconsciente que intenta buscar una explicación racional pero sin completar las etapas de razonamiento puro.