domingo, 14 de diciembre de 2008

Si todos nos entendieramos, ¿sería aburrido o habría nuevas ideas?

Aunque a priori no tenga mucho que ver, esta entrada está relacionada con Ética: la neblina del razonamiento publicada en éste mismo blog. En ella se analiza un poco la forma de razonar de las personas, y el tema de cómo ser objetivo en nuestras opiniones.
Ahora bien, resulta que algunas personas con las que me he topado no están dispuestas a leer o entender a otras en donde su escenario (realidad) es distinto. Y claro, es social y prácticamente entendible: ¿usted aceptaría un consejo o escuchar a una persona que estuvo presa varias veces?, si el preso quiere dar un tip sobre el cuidado de los hijos -por ejemplo-, seguramente mas de uno ni siquiera terminaría de escuchar la frase.

A mi personalmente me gusta ser lo más abierto posible en ese sentido, ya que me interesa conocer diferentes realidades. La realidad de cada uno vendría a ser el punto de vista de la persona, cómo se fue construyendo su vida, qué cosas fue tomando y dejando. No hace falta ponerse a pensar mucho para entender esto... si a alguien lo han asaltado cinco veces en los ultimos meses, dirá que hay mucha inseguridad. Si a alguien de la misma ciudad no lo han asaltado ninguna vez en los últimos meses, dirá que no hay inseguridad.

Como bien dice en la entrada citada anteriormente, cada persona tiende a ver una sola realidad: la suya, su punto de vista... no existe otra realidad que la vivida por ella. Cualquier otra forma de vida de otra persona le parecerá más o menos interesante, mal o bien; pero pocos se detienen cinco segundos a pensar que es justamente distinta forma de vida pero las personas son escencialmente parecidas: cambia su realidad.

Una de las posibles soluciones a este problema social sería crear una abstracción en la forma de comunicarnos y relacionarnos. Si dos realidades distintas se chocan es previsible que aparezcan los problemas: entonces ante ese escenario para que las personas se puedan llevar todas bien, una no debe conocer muchos detalles de la realidad de la otra. De esta forma es posible que todos nos entendieramos mejor y ver que en el fondo somos iguales, que podemos llevarnos bien.
A ver, las personas a veces tienden a comunicar todo de forma muy personal, lo que lleva a caerle mal a otras personas. Si ante un suceso todos opinaramos más allá de nuestra realidad personal (me refiero a personas que no conozca demasiado, es algo distinto si son pareja, hermanos, amigos, etc.) muy probablemente todos nos entenderíamos, ya que no nos tendríamos que esforzar en conocer la realidad de las otras personas (siguiendo con el ejemplo, obviando el hecho de que haya estado presa). Y cuando intentamos ver la realidad de los demás (y no sus opiniones) ahí es cuando se quiebra todo: es bien distinta a nuestra realidad.
Siguiendo con el ejemplo de la inseguridad, si esas dos personas se encontraran comenzarían a discutir sobre si hay o no inseguridad. Es que no es que haya o no inseguridad: de nuevo, el tema acá es la realidad de cada una. Entonces, ninguna de las personas debería decir si hay o no inseguridad, simplemente quejarse por los asaltos y contar lo que le pasó. Esto crearía un lazo especial hacia la persona que no la asaltaron, lo que llevaría a entenderla y corregir su visión sobre si hay inseguridad o no (por más que no la hayan asaltado). Y quién sabe, a lo mejor se ponen de acuerdo y toman precauciones conjuntamente... nada de esto pasaría si los dos insistiesen en que si hay o no inseguridad.

Si lo contado anteriormente ocurriría masivamente -lo de crear la abstracción- ¿sería todo muy aburrido?. En primer lugar, no va a pasar al menos en el cien por cien de la población. Segundo, no es que sería aburrido sino que se viviría un cambio profundo y social en donde quizás a esa generación sí le parezca demasiado tranquila la vida, pero las próximas generaciones entenderían muy bien (sus hijos dirían "que loco ¿no?, ¡antes la gente se ponia a discutir si hay o no inseguridad en vez de tomar medidas!"). Y por supuesto, traería nuevas ideas y, por qué no, nuevos problemas. Todo en su justa medida.

Otra de las posibles soluciones, yo creo la más difícil, es intentar no creer que su realidad es única y entender la de los demás. No quiere decir que se esté de acuerdo con todas las opiniones, ojo, significa que el trato sería más llevadero al no hacer prejuicios sobre lo vivido. A esta opción la veo como la más "emotiva" y no tan seca como la primera. Sin embargo, provocaría que una persona influya muchísimo sobre la otra y quien sabe, quizás en la próxima generación ¡todas las personas serían exactamente iguales! y con una visión extremadamente abierta y rica. Todo en su justa medida.

Existe una opción extra, a mi modo de ver, y es sorprendentemente opuesta a las dos anteriores. La primera se refería a ver sólo las opiniones (abstracción de su modo de vida), la segunda a basar las relaciones y opiniones entendiendo las realidades (ésta segunda es mi preferida si no se es extremista) y la tercera se trataría de no darle importancia a las opiniones y relaciones (comunicaciones entre las personas) sino sólo ver su realidad. Esta tercera opción no me gusta, veo un escenario nubloso y con pocos razonamientos. Una especie de "vivamos así nomás, total...". Sería de super-comunicación. No habría muchas críticas. Esta opción sí que se le podría llamar "aburrida": no pasa nada malo ni nada bueno, poca emoción con valores débiles.

Tampoco hace falta que haya un cambio masivo, seguramente el mismo escenario (el de que todos nos entendemos) ocurre u ocurriría con las personas que son así. Si nadie se atreve a comenzar con el cambio personal, se crea un círculo vicioso y dificilmente se corregirán los problemas.

Y usted, ¿cuál elegiría?, ¿lo esta haciendo?, ¿esta de acuerdo con estas reflexiones?

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